Mindfulness ha sido traducido a nuestro idioma de diferentes maneras, dando lugar a una cierta confusión. Nos quedamos con la traducción más literal que es la de “Conciencia Plena”.
Mindfulness es el entrenamiento de la capacidad de la persona para mantener su conciencia al 100% en el momento presente; obviando el ruido producido por los recuerdos del pasado y las elucubraciones sobre el futuro.
Sin Mindfulness, sin la capacidad de ser conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor en el momento presente, no podríamos vivir. Ni siquiera sobrevivir. Pero aunque pensemos que tenemos un control consciente de nuestra capacidad de atención, lo que ocurre es que prestamos una atención meramente instintiva que nos permite reaccionar con agrado (ante las cosas agradables), con distanciamiento o rechazo (ante las cosas desagradables) o con reacciones meramente físicas (ante una situación de peligro, por citar ejemplos).
Durante los últimos 30 años, las técnicas asociadas al Mindfulness (que son explícitas en el budismo pero que van implícitas en otras muchas religiones o filosofías sociales) se vienen aplicando en psicología para tratar las múltiples afecciones que provoca el estrés en la forma de vida occidental.